LOADING

Type to search

Crítica del valor Teoría

Notas sobre el valor en la historia (I)

Estas notas se basan en tres textos de Marx: 1) las formas que preceden a la producción capitalista (Grundrisse, I), 2) Introducción de 1857 (Grundrisse, I) y 3) el capítulo V del tomo primero de El Capital. En esta primera parte, solamente se utiliza el segundo texto (de forma muy sintética). Esta primera parte es sobre todo metodológica y la pregunta que nos hacemos es la siguiente: ¿puede una categoría económica simple tener una existencia histórica o natural autónoma?

Depende cómo abordemos la cuestión. Las categorías simples pueden expresar relaciones ya existentes históricamente antes de que el todo concreto se desarrolle, antes de establecerse el vínculo más multilateral donde dicha categoría mantiene una relación subordinada. Pongamos algunos ejemplos para empezar. El dinero existió antes que el capital, antes que el trabajo asalariado. En Roma, el dinero alcanza su apogeo durante la época de la disolución del imperio (mientras que en la sociedad moderna es un punto de partida, no de llegada). Por el contrario, en Perú no existe el dinero, aunque la división del trabajo está fuertemente desarrollada. En las comunidades eslavas, por ejemplo, el dinero y el comercio solamente aparecen en el tráfico lejano con otras comunidades. Sin embargo, aunque la categoría más simple (como el dinero o el valor de cambio) haya podido existir históricamente con anterioridad, su pleno desarrollo solo puede darse en una forma social más compleja. ¿Puede el dinero alcanzar toda su plenitud sin la existencia del capital o del trabajo asalariado?

Detengámonos en la categoría (completamente simple) de trabajo. Considerada en su pura simplicidad, la categoría de trabajo es completamente moderna (aunque la representación del trabajo en general sea muy antigua), tan moderna como las relaciones que dan origen a esta abstracción simple. Marx plantea una cuestión importante en esta discusión: las abstracciones más generales solamente surgen allí donde existe el desarrollo concreto más rico, donde un elemento aparece como lo común a muchos, como común a todos los elementos. Así, es cuando deja de ser pensado solamente bajo una forma particular. La abstracción del trabajo en general no es solamente el resultado intelectual de una totalidad concreta de trabajos (lo que podría ser el gran avance que significó la contribución de Adam Smith frente a los fisiócratas y anteriormente los mercantilistas), sino que corresponde a una forma de sociedad en la que los individuos pueden pasar fácilmente de un trabajo a otro, donde el trabajo se ha convertido (no solo en cuanto categoría, sino en la realidad) en el medio para crear riqueza en general. Es muy interesante la reflexión de Marx en torno al trabajo en general: la abstracción más simple que la economía moderna coloca en el centro, expresa una relación antiquísima y válida para toda forma de sociedad, pero -sin embargo- se presenta como prácticamente cierta en este grado de abstracción solamente como categoría de la sociedad moderna. A pesar de su validez para todas las épocas, las categorías abstractas son el resultado de condiciones históricas y poseen plena validez solamente para estas condiciones y dentro de sus límites.

Hay otra derivada importante de esta reflexión: los indicios de las formas sociales superiores en las inferiores solamente pueden ser comprendidos cuando se conoce la forma superior. Es decir, la economía burguesa nos ofrece las claves para comprender la economía antigua [ver también el apéndice “el arte griego y la sociedad moderna”]. Pero, cuidado, no al modo de la economía política, es decir, no suprimiendo todas las diferencias históricas, esto es, viendo la forma burguesa en toda forma de sociedad anterior. Estaríamos cometiendo un profundo error si lo hacemos así. La diferencia será siempre esencial. Las categorías económicas expresan formas de ser, determinaciones de existencia, de esta sociedad (sujeto) determinada, su existencia no comienza cuando inicia su movimiento histórico como tal.

Paradójicamente, el carácter puramente abstracto con que los pueblos comerciantes (como los fenicios o los cartagineses) se presentan al mundo antiguo, está dado por el predominio de las sociedades agropecuarias. El capital, bajo la forma mercantil o monetaria, se presenta bajo esta forma puramente abstracta allí donde el capital no es la relación social dominante.

 

diciembre, 2017

 

Tags:

Leave a Comment

Your email address will not be published. Required fields are marked *