Jacques Camatte: La mistificación democrática
Publiacamos la traducción hecha por el GCI en la edición de Miriam Qarmat: Contra la democracia, sin sus comentarios añadidos y con nuestras revisiones a partir del original, disponible aquí. Se puede descargar también en .pdf
La mistificación democrática
Jacques Camatte
Invariance, serie I, nº 6 (abril-junio 1969)
El asalto del proletariado a las ciudadelas del capital no podrá hacerse con ninguna posibilidad de éxito sin que el movimiento revolucionario del proletariado termine, de una vez por todas, con la democracia. Ésta es el último refugio de todas las renegaciones, de todas las traiciones, porque ella es la primera esperanza de aquellos que creen sanear, revigorizar el mundo actual que está podrido hasta sus propios fundamentos.
La vida social es esencialmente práctica. Todos los misterios que desvían la teoría hacia el misticismo encuentran su solución racional en la práctica humana y en la comprensión de esta práctica.
Karl Marx, 8ª Tesis sobre Feuerbach
Tesis 1
De forma general, podemos definir la democracia como el comportamiento del hombre, la organización de éste cuando ha perdido su unidad orgánica original con la comunidad. Existe entonces durante todo el período que separa el comunismo primitivo del comunismo científico.
Tesis 2
La democracia nace a partir del momento en que existe división entre los hombres y la repartición del haber, lo que quiere decir que nace con la propiedad privada, los individuos y la división de la sociedad en clases, con la formación del Estado. Por ello se hace cada vez más pura en la medida en que la propiedad privada se generaliza y que las clases aparecen con mayor claridad en la sociedad.
Tesis 3
La democracia supone un bien común a repartir. En la sociedad antigua, la democracia limitada presuponía la existencia del ager publicus, y los esclavos no eran hombres. En la sociedad moderna, este bien es más universal (comprende un número mayor de hombres), más abstracto e ilusorio: la patria.
Tesis 4
La democracia no excluye de ninguna manera la autoridad, la dictadura, el Estado. Por el contrario, ella los necesita como fundamento. Si no, ¿quién podría garantizar el reparto, quién podría regular las relaciones entre los individuos y entre éstos y el bien común, si no existiera el Estado?
En la sociedad capitalista plenamente desarrollada, el Estado se presenta también como el guardián del reparto desde un punto de vista doble: impedir que la plusvalía sea carcomida por el proletariado; garantizar que sea repartida bajo la forma de ganancia industrial, ganancia comercial, interés, renta… entre las diferentes esferas capitalistas.
Tesis 5
La democracia implica, por lo tanto, la existencia de individuos, de clases y del Estado; por ello la democracia es a la vez un modo de gobierno, un modo de dominación de una clase y el mecanismo de unión y de conciliación.
En efecto, en su origen los procesos económicos dividen a los hombres (proceso de expropiación) que estaban unidos en la comunidad primitiva. Las antiguas relaciones sociales son así destruidas. El oro se transforma en una fuerza real que reemplaza la autoridad de la comunidad. Los antagonismos materiales hacen enfrentarse a los hombres de tal forma que podrían hacer estallar la sociedad, hacerla inviable. La democracia aparece como un medio de conciliar los contrarios, como la forma política más apta para unir lo que ha sido dividido. Representa la conciliación entre la vieja comunidad y la nueva sociedad. La forma mistificadora reside en la aparente reconstrucción de una unidad perdida. La mistificación era progresista.
En el polo opuesto de la historia, en nuestros días, el proceso económico ha conducido a la socialización de la producción y de los hombres. La política, por el contrario, tiende a dividirlos, a mantenerlos como simples superficies de intercambio para el capital. La forma comunista se vuelve cada vez más poderosa en el seno del viejo mundo capitalista. La democracia aparece como una conciliación entre el pasado que aún actúa en nuestro presente y el futuro: la sociedad comunista. La mistificación es reaccionaria.
Tesis 6
Frecuentemente se ha afirmado que en los orígenes de la vida de nuestra especie, en el comunismo primitivo, había gérmenes de democracia. Algunos afirman que incluso había formas de ella. Pero es no comprender que en la forma inferior podemos encontrar gérmenes de la forma superior, manifestándose esporádicamente. Esta «democracia» aparece en circunstancias bien definidas, tras las cuales, una vez cumplidas, se volvía al antiguo modo de organización; por ejemplo: la democracia militar en sus orígenes. La elección del jefe se daba en un momento preciso y en vista de ciertas operaciones. Una vez terminadas las mismas, el jefe era reabsorbido en la comunidad. La democracia que se manifestaba temporalmente era reabsorbida. Lo mismo se produjo con las formas de capital que Marx llamó prediluvianas. La usura es la forma arcaica del capital dinero que podía manifestarse en las viejas sociedades. Pero su existencia fue precaria porque la sociedad se defendía contra su poder disolvente y la desterraba. Es sólo cuando el hombre es transformado en mercancía que el capital puede desarrollarse sobre una base sólida y sin poder ser reabsorbido. La democracia sólo pudo manifestarse realmente a partir del momento en que los hombres fueron totalmente divididos y que fue cortado el cordón umbilical que los unía a la comunidad, es decir, cuando lo que existe son individuos.
El comunismo puede manifestarse a veces en esta sociedad, pero es siempre reabsorbido. Sólo podrá desarrollarse verdaderamente a partir del momento en que la comunidad material sea destruida.
Tesis 7
El fenómeno democrático aparece con claridad en el transcurso de dos períodos históricos: en el momento de la disolución de la comunidad primitiva en Grecia y en el de la disolución de la sociedad feudal en Europa occidental. Es incontestablemente en el transcurso de este segundo período que el fenómeno aparece en su mayor amplitud, porque los hombres fueron reducidos realmente al estado de individuos y porque las relaciones sociales anteriores ya no podían mantenerlos unidos. La revolución burguesa aparece siempre como una movilización de masas. De ahí el dilema burgués: cómo unificar a las masas, mantenerlas y fijarlas en las nuevas formas sociales. De ahí la enfermedad institucional y el desencadenamiento del derecho en la sociedad burguesa. La revolución burguesa es social con alma política.
En la revolución comunista, las masas ya habrán sido organizadas por la sociedad capitalista. No buscarán nuevas formas de organización sino que estructurarán un nuevo ser colectivo, la comunidad humana. Esto se ve con claridad cuando la clase actúa como ser histórico, cuando se constituye en partido.
Muchas veces, al interior del movimiento comunista se ha afirmado que la revolución no es un problema de formas de organización. Para la sociedad capitalista, por el contrario, todo es un problema organizativo. En los orígenes de su desarrollo, esto se refleja en la búsqueda de buenas instituciones; al final de él, en la búsqueda de las estructuras más aptas para encerrar a los hombres en las prisiones del capital: el fascismo. En los dos extremos, la democracia está en el corazón de la búsqueda: democracia política primero, social después.
Tesis 8
La mistificación no es un fenómeno deseado por los hombres de la clase dominante, no es un engaño inventado por ellos. Si fuese así sería suficiente una simple propaganda adecuada para extirparla del cerebro de los hombres. En realidad surge y se alberga en lo más profundo de la estructura social, en las relaciones sociales.
Es necesario que una relación social de producción se presente bajo la forma de un objeto que existe fuera de los individuos, y que las relaciones determinadas por las cuales éstos entran en el proceso de producción de su vida social se presenten como propiedades específicas de ese objeto. Es esta inversión, esta mistificación no imaginaria sino de la prosaica realidad, la que caracteriza todas las formas sociales del trabajo creador de valor de cambio.
Karl Marx, Contribución a la crítica de la economía política
Por tanto, es necesario explicar en qué sentido la realidad es mistificadora y cómo esta mistificación, simple al principio, se va volviendo cada vez mayor y alcanza su punto máximo con el capitalismo.
Tesis 9
En su origen, la comunidad humana estaba sometida a la dictadura de la naturaleza. Aquélla debía luchar contra ésta para sobrevivir. La dictadura es directa, y somete a la comunidad en su totalidad.
Con el desarrollo de la sociedad de clases el Estado se presenta como el representante de la comunidad, pretendiendo encarnar la lucha del hombre contra la naturaleza. Pero dado el débil desarrollo de las fuerzas productivas, la dictadura de ésta es siempre operante. Dicha dictadura es indirecta, mediada por el Estado, y pesa en primer lugar sobre las capas más desfavorecidas. Cuando el Estado define al hombre, toma de hecho como sustrato de su definición al hombre de la clase dominante. La mistificación es total.
Tesis 10
En el capitalismo tenemos un primer período en que, aunque la burguesía haya tomado el poder, el capital no alcanza a ejercer más que una dominación formal. Muchos resabios de las formaciones sociales precedentes persisten, obstaculizando su dominación sobre el conjunto de la sociedad. Es la época de la democracia política, donde se hace la apología de la libertad individual y de la libre competencia. La burguesía las presenta como medios de liberación del hombre. Esto es una mistificación porque «la competencia no emancipa a los individuos sino al capital» (Karl Marx, Grundrisse). [Y continúa:]
Se ve así cuán inepto resulta presentar la libre competencia como el desarrollo postrero de la libertad humana, y la negación de la libre competencia como la negación de la libertad individual y de la producción social basada en la libertad individual, puesto que se trata simplemente del libre desarrollo sobre una base limitada, aquélla de la dominación del capital. Por este motivo, esta especie de libertad individual es a la vez la abolición de toda libertad individual y el sometimiento del individuo a las condiciones sociales que revisten la forma de potencias materiales, e incluso objetos superiores e independientes de las relaciones de los individuos. Este desarrollo de la libre competencia proporciona la única respuesta racional que se puede dar a los profetas de la clase burguesa, que la ponen por las nubes, o a los socialistas, que la cubren de oprobio.
Tesis 11
Después de su victoria por las armas y por el terror, la democracia y el parlamentarismo le son indispensables a la burguesía para dominar una sociedad dividida en clases.
Battaglia comunista, nº 18 (1951)
Se necesitaba una conciliación para poder dominar, puesto que era imposible que la dominación perdurase únicamente a través del terror. Después de la toma del poder por la violencia y el terror, el proletariado no tiene necesidad de la democracia, no porque las clases vayan a desaparecer de un día para el otro, sino porque el proletariado no es detentor de máscaras, ni de mistificaciones. La dictadura es necesaria para impedir cualquier posibilidad de reconstitución de la clase adversa. Además, el acceso del proletariado al Estado es su propia negación como clase, así como la negación de otras clases. Es el comienzo de la unificación de la especie, de la formación de la comunidad. Reclamar la democracia implicaría la exigencia de una conciliación entre las clases, lo cual significaría dudar de que el comunismo es la solución de todos los antagonismos, que es la reconciliación del hombre consigo mismo.
Tesis 12
Con el capital, el movimiento económico deja de estar separado del movimiento social. Con la compra y la venta de la fuerza de trabajo, se lleva a cabo la unión pero sobre la base de la sumisión de los hombres al capital. Éste se constituye en comunidad material y deja de haber política, puesto que es el mismo capital el que organiza a los hombres esclavos.
Hasta esta etapa histórica, había una separación más o menos neta entre producción y distribución. La democracia política podía ser considerada como un medio para repartir de forma más equitativa los productos. Pero cuando se realiza la comunidad material, la producción y la distribución están indisolublemente ligadas; los imperativos de la circulación condicionan la distribución. Ahora bien, la primera ya no es algo exterior a la producción, sino que por el contrario es para el capital un momento esencial de su proceso total. Es entonces el mismo capital el que condiciona la distribución.
Todos los hombres cumplen una función para el capital que, en el fondo, presupone su existencia misma. En relación a la ejecución de esta función, los hombres reciben cierta distribución de productos por intermedio de un salario. Tenemos así una democracia social. La política de ingresos es un medio para llegar a esta.
Tesis 13
Durante el período de dominación formal del capital (democracia política), la democracia no es una forma de organización que se opone como tal a él, sino un mecanismo utilizado por la clase capitalista para llegar a dominar la sociedad. Es el período en el cual todas las fuerzas al interior de la sociedad luchan para llegar a ese mismo resultado. Es por esto que, durante cierto tiempo, el proletariado puede también intervenir en este terreno. Por otro lado, las oposiciones se desarrollan igualmente al interior de una misma clase, entre burguesía industrial y burguesía financiera por ejemplo. El parlamento es entonces la arena donde se enfrentan los diferentes intereses. El proletariado puede utilizar la tribuna parlamentaria para denunciar la mistificación democrática y utilizar el sufragio universal como medio para organizar a la clase.
Cuando el capital ha llegado a su dominación real y se ha constituido en comunidad material, el problema se resuelve: se ha apoderado del Estado. La conquista del Estado desde el interior ya no se vuelve a plantear, porque no es más «que una formalidad la alta predilección de la vida popular, una ceremonia. El elemento constituyente es la mentira sancionada legalmente por los Estados constitucionales, que dicen que el Estado es el interés del pueblo o que el pueblo es el interés del Estado» (Karl Marx).
Tesis 14
El Estado democrático representa la ilusión de que el hombre dirige la sociedad —de que éste puede dirigir el fenómeno económico—: proclama al hombre soberano. El Estado fascista es la realización de la mistificación —en este sentido, puede aparecer como su negación—: el hombre no es soberano. Al mismo tiempo, el Estado fascista es por este motivo la forma real, declarada, del Estado capitalista: dominación absoluta del capital. El conjunto social no podía vivir con el divorcio entre la teoría y la práctica. La teoría decía: el hombre es soberano; la práctica afirmaba: es el capital. Sólo había posibilidad de distorsión mientras que el capital no había llegado a dominar de forma absoluta la sociedad. En el Estado fascista, la realidad somete a la idea para hacerla una idea real. En el Estado democrático la idea somete a la realidad para hacerla una realidad imaginaria. La democracia de los esclavos del capital suprime la mistificación para realizarla mejor. Los demócratas quieren darle un nuevo vigor cuando creen poder conciliar al proletariado con el capital.
La sociedad ha encontrado el ser de su opresión —el que elimina la dualidad, la distorsión realidad-pensamiento. Es necesario oponerle el ser liberador que representa a la comunidad humana: el partido comunista.
Tesis 15
Esto explica por qué la mayoría de los teóricos del siglo XIX eran estatistas. Creían poder resolver los problemas sociales a nivel del Estado. Eran mediatistas. No comprendían que el proletariado no sólo debía destruir la vieja máquina estatal, sino que debía poner otra en su lugar. Muchos socialistas creyeron que era posible conquistar el Estado desde el interior, los anarquistas creyeron poder abolirlo de un día para otro.
Los teóricos del siglo XX son corporativistas porque piensan que se trata solamente de organizar la producción, de humanizarla para resolver todos los problemas. Son inmediatistas. Es una confesión indirecta de la validez de la teoría del proletariado. Afirmar que sería necesario conciliar al proletariado con el movimiento económico es reconocer que sólo en este terreno puede surgir la solución. Este inmediatismo viene del hecho de que la sociedad comunista es cada vez más poderosa al interior del mismo capitalismo. No se trata de conciliarlos sino de destruir el poder del capital y su fuerza organizada, el Estado capitalista, que mantiene el monopolio privado cuando todos los mecanismos económicos tienden a hacerlo desaparecer. La solución comunista es mediata. La realidad parece escamotear el Estado, hay que señalarlo y al mismo tiempo indicar la necesidad de otro Estado transitorio: la dictadura del proletariado.
Tesis 16
El devenir hacia la democracia social está marcado, desde el principio:
Mientras que el poder del dinero no era el vínculo de las cosas y de los hombres, las relaciones sociales debían ser organizadas política y religiosamente.
Karl Marx
Marx denunció siempre la superchería política y puso al desnudo las relaciones reales:
Son, pues, la necesidad natural, las cualidades humanas esenciales (por enajenadas entre sí que puedan parecer), el interés, los que mantienen ligados a los miembros de la sociedad burguesa. La vida burguesa, y no la vida política, constituye su nexo real.
Karl Marx, La sagrada familia
En apariencia, precisamente, el sistema esclavista de la sociedad burguesa es la mayor libertad, por ser la independencia aparentemente consumada del individuo; éste toma el movimiento desbocado de sus elementos vitales enajenados (como la propiedad, la industria, la religión…, movimiento al que no ligan ya vínculos generales ni el hombre) por su propia libertad, cuando en realidad es su servidumbre e inhumanidad consumadas. El derecho ha sustituido al privilegio.
Karl Marx, La sagrada familia
La problemática de la democracia no hace más que replantear, bajo otra forma, la oposición falaz entre competencia y monopolio. La comunidad material integra las dos. Con el fascismo = democracia social, democracia y dictadura se integran también. Por eso mismo es un medio de superar la anarquía.
La anarquía es la ley de la sociedad burguesa emancipada de los privilegios que dividen, y la anarquía de la sociedad burguesa es el fundamento del estado de cosas público moderno, así como éste, a su vez, es lo que garantiza esa anarquía. Por mucho que ambos se contrapongan, se condicionan recíprocamente.
Karl Marx, La sagrada familia
Tesis 17
Ahora que la clase burguesa, aquella que dirigiera la revolución, que permitió el desarrollo del capital, ha desaparecido y ha sido reemplazada por la clase capitalista que vive del capital y de su proceso de valorización, ahora que la dominación de éste está asegurada (fascismo) y que por ello ya no es necesaria la conciliación política, pues es superficial, sino la conciliación económica (corporativismo, doctrina de las necesidades…), son las clases medias las que se hacen adeptas de la democracia. Sólo que cuanto más se refuerza el capitalismo, más se desvanece la ilusión de poder compartir la dirección con el capital. No queda más que la reivindicación de una democracia social, la pretensión política: planificación democrática, pleno empleo… No obstante, creando la seguridad social, tratando de mantener el pleno empleo, la sociedad capitalista realiza la democracia social en cuestión: la de los esclavos del capital.
Con el desarrollo de las nuevas clases medias, la reivindicación de la democracia se pinta —solamente— de comunismo.
Tesis 18
Lo dicho precedentemente concierne al área euro-norteamericana y no es válido para todos los países, en los que durante mucho tiempo lo que predominó fue el modo de producción asiático (Asia, África) y en los que dicho modo de producción predomina aún (India, por ejemplo). En estos países no se ha producido el individuo. La propiedad privada ha podido aparecer pero no se ha autonomizado, y lo mismo sucede con el individuo. Esto está ligado a las condiciones geosociales de estos países y explica la imposibilidad en la que se encuentra el capitalismo de desarrollarse mientras que no se haya constituido en comunidad. Dicho de otra manera, sólo cuando se haya llegado a dicho estadio el capitalismo podrá reemplazar a la antigua comunidad y conquistar zonas inmensas. En esos países, los hombres no pueden tener el mismo comportamiento que los occidentales; la democracia política es obligatoriamente escamoteada. Sólo podemos tener, como mucho, la democracia social.
Es por esto que encontramos en los países más trabajados por la implantación capitalista un doble fenómeno: una conciliación entre el movimiento real y la comunidad primitiva y otra conciliación con la comunidad futura: el comunismo. De ahí la dificultad para comprender estas sociedades.
Dicho de otra manera, una gran proporción de la humanidad no conoce la mistificación democrática tal como la ha conocido Occidente. Es un hecho positivo para la futura revolución.
En lo que concierne a Rusia, tenemos un caso intermedio. Aquí el capitalismo tuvo enormes dificultades para implantarse. Para ello fue necesario una revolución proletaria. Allí tampoco la democracia política occidental tuvo terreno para desarrollarse y podemos constatar que no ha podido florecer. Tenemos, como en el Occidente actual, la democracia social. Desgraciadamente, allí también la contrarrevolución ha aportado el veneno bajo la forma de la democracia proletaria y, para muchos, la involución de la revolución debería buscarse en el hecho de que esta no se haya realizado.
El movimiento comunista retomará su marcha reconociendo estos hechos y acordándoles toda su importancia. El proletariado se reconstituirá en clase y por lo tanto en partido, dejando atrás el estrecho margen de todas las sociedades de clase. La especie humana podrá finalmente unificarse y formar un solo ser.
Tesis 19
Todas las formas históricas de democracia corresponden a fases de desarrollo donde la producción era limitada. Las diferentes revoluciones que se sucedieron fueron revoluciones parciales. Era imposible que el desarrollo económico pudiera realizarse, progresar, sin que se produjese la explotación de una clase. Podemos constatar que desde la Antigüedad estas revoluciones contribuyeron a emancipar una masa cada vez mayor de hombres. De ahí la idea de que vamos hacia la democracia perfecta, es decir, una democracia que reagruparía a todos los hombres. Por eso, muchos se apresuran a afirmar la equivalencia: socialismo = democracia. Es cierto que se puede decir que con la revolución comunista y la dictadura del proletariado hay una masa más importante que antes de hombres que entran en el campo de esta democracia ideal; que generalizando su condición proletaria al conjunto de la sociedad, el proletariado elimina las clases y realiza la democracia —el manifiesto dice que la revolución es la conquista de la democracia. Sin embargo, es indispensable agregar que este paso al límite, esta generalización, es al mismo tiempo la destrucción de la democracia. Pues paralelamente la masa humana no queda reducida a una simple suma de individuos todos iguales en derecho, sino en hecho. Esto no puede ser más que la realidad de un momento breve de la historia debido a una igualación forzada. La humanidad se constituirá en un ser colectivo, la Gemeinwesen. Esta nace al margen del fenómeno democrático y es el proletariado constituido en partido el que la transmitirá a la sociedad. Cuando pasemos a la sociedad futura, habrá un cambio no sólo cuantitativo sino cualitativo. La democracia «es el reino antimarxista de esta cantidad eternamente impotente de transformarse en calidad» [Amadeo Bordiga, NdA de 2005). Reivindicar la democracia para la sociedad posrevolucionaria es reivindicar la impotencia. Por otra parte, la revolución comunista no es más una revolución parcial. Con ella se termina la emancipación progresiva y se realiza la emancipación radical. Esto implica también un salto cualitativo.
Tesis 20
La democracia se basa en un dualismo y constituye el medio para superarlo. La democracia resuelve el dualismo entre espíritu y materia, equivalente a aquel entre grandes hombres y masas, por la delegación de poderes; aquel entre ciudadano y hombre, a través del boletín de voto, el sufragio universal. En los hechos, so pretexto de acceder a la realidad del ser total, hay una delegación de la soberanía del hombre en el Estado. El hombre se desprende de su poder humano.
La separación de poderes necesita su unidad y esto se consigue siempre por la violación de una constitución. Ésta encuentra su fundamento en el divorcio entre situación de hecho y situación de derecho. El paso de uno a otro es asegurado por la violencia.
El principio democrático no es en realidad más que la aceptación de un hecho: la escisión de la realidad, el dualismo ligado a la sociedad de clases.
Tesis 21
Se pretende muy frecuentemente oponer la democracia en general, que sería un concepto vacío, a una forma de democracia que sería la llave de la emancipación humana. Pero ¿qué puede ser algo cuya particularidad no sólo está en contradicción con su concepto general, sino que debe ser su negación? De hecho, teorizar una democracia particular (proletaria, por ejemplo) implica escamotear el salto cualitativo. En efecto, o bien esta forma democrática en cuestión está realmente en contradicción con el concepto general, y entonces se trata verdaderamente de otra cosa —¿por qué, entonces, democracia?—, o bien es compatible con este concepto y no puede tener sino una contradicción de orden cuantitativo (abarcar un número mayor de hombres, por ejemplo), y en este caso no sale de los límites, aun si tiende a rechazarlos.
Esta tesis aparece frecuentemente bajo la forma: la democracia proletaria no es la democracia burguesa, y se habla de democracia directa para demostrar que si la segunda necesita un corte, una dualidad (delegación de poder), la primera la niega. Se define entonces la sociedad futura como la realización de la democracia directa.
Esto no es más que la negación negativa de la sociedad burguesa y no una negación positiva. Se pretende también definir el comunismo a través de un modo de organización que sería más adecuado a las diferentes manifestaciones humanas. Pero el comunismo es la afirmación de un ser, de la verdadera Gemeinwesen del hombre. La democracia directa aparecería como un medio para realizar el comunismo. Pero este no necesita de tal mediación. El comunismo no es una cuestión de tener ni de hacer, sino una cuestión de ser.