LOADING

Type to search

Arco histórico Teoría

Algunas notas sobre la Izquierda Comunista

La izquierda comunista nace de las diferentes fracciones de izquierda en la III Internacional que no coinciden con la oposición de izquierdas de Lev Davidovich Bronstein, Trotsky. Corrientes que se ubicaron en los primeros cuatro congresos de la Internacional a la izquierda de la línea oficial de Lenin, Trotsky, etc. sobre todo a partir del IIIº Congreso. En este sentido existe una pluralidad de posiciones diferentes entre estos sectores que, sin embargo, convergen en algunos puntos en común.

La idea de estas breves notas es simplemente establecer la geografía política de esta corriente, con las principales posiciones que caracterizan a cada una de sus almas y organizaciones.

Izquierda germano-holandesa.

Sus principales figuras serán Gorter y Pannekoek. Contra los que Lenin escribiría La enfermedad infantil del izquierdismo en el comunismo. En realidad su origen proviene de la escisión que establecerán, ya antes de la Iª Guerra Mundial, con respecto a la socialdemocracia holandesa oficial a partir del periódico Die Tribune, por eso se conocerán como tribunistas. Será importante el papel de Pannekoek en la polémica internacional a consecuencia de la huelga de masas como nuevo método de lucha proletaria. Polémica iniciada con el libro de Rosa Luxemburg Huelga de masas, partido y sindicatos. Así mismo será explícita la influencia hacia Lenin en su libro Estado y revolución.

En sus posiciones existía además una contraposición a la posición leninista acerca del derecho a la autodeterminación en relación a la cuestión nacional. Véase el libro de Pannekoek Lucha de clase y nación que retomaba una posición compartida no sólo por Rosa Luxemburg sino por una minoría de la izquierda del Partido Bolchevique (encabezada por Bujarin y Piatakov).

Esta corriente tendrá una influencia en Bremen durante la I Guerra Mundial y sus miembros serán parte constitutiva del KPD alemán en diciembre de 1918. Tendrán una posición en contra de participación en las primeras elecciones de la República de Weimar (a diferencia de Rosa Luxemburgo que estaba a favor) y contra la participación en los sindicatos tradicionales vinculados al SPD. En abril de 1920 se creó tras la escisión del congreso de Heidelberg (II Congreso del KPD) el KAPD (Partido Comunista Obrero de Alemania, 40.000 miembros a finales de 1921) en torno a las ideas de la izquierda germano-holandesa. En realidad representaban a la mayoría del partido y fueron excluidos burocráticamente por la dirección del KPD encabezada por Paul Levi.

Se oponían al parlamentarismo del KPD y la política del frente único sancionado tras el III

“No debes votar. El parlamentarismo es el bastidor democrático del dominio del capital[…]. Las armas de la clase obrera son: ¡Acción directa! ¡Lucha de masas! Todo el poder para los consejos. Abajo el parlamento. Ejerce boicot electoral”

Congreso de la Internacional Comunista, además daban prioridad a la acción directa de las organizaciones de fábrica en relación a los sindicatos tradicionales. En este sentido, crearon las AAUD (Unión General Obrera de Alemania, llegaron a contar con 200.000 miembros en 1921) y participaron como KAPD en los congresos de la Internacional Comunista a través de sus representantes (Jan Appel, Otto Rühle…). La polémica con Lenin fue conocida así como la Carta abierta al camarada Lenin de Gorter publicada hace pocos años por Ediciones Espartaco Internacional. En mi opinión, se trata de una polémica que ha sido incomprendida y banalizada por parte de las organizaciones leninistas y la tradición trotskysta posterior. En realidad lo que Gorter, Pannekoek y otros sectores de la izquierda comunista (como el de Bordiga) plantean una especificidad de la revolución en occidente frente al ejemplo ruso. No se pueden seguir las mismas tácticas porque el peso del parlamentarismo, la democracia, el sindicalismo… En general del aparato de Estado es superior en Occidente que en Oriente. Esto les lleva a una conclusión diferente a la de la mayoría de la III Internacional, oponiéndose a la táctica del frente único, a la idea del gobierno obrero (en alianza con la socialdemocracia) y a la intervención parlamentaria de los revolucionarios. Pero la razón es que entienden que dichos organismos son una fuente de cohesión social y reproducción ideológica del capital, un elemento central en el cemento social que une al proletariado al capital como relación social. De ahí que todo ascenso revolucionario de clase se tiene que enfrentar con los organismos democráticos y sindicales oficiales, así como con la socialdemocracia. De ahí su oposición a la participación en ellos. Esto no se traduce en una idea de ofensiva por la ofensiva, o de guerra de movimientos en el sentido gramsciano, sobre todo Bordiga (en Italia) tendrá muy claro que la fase álgida de la oleada revolucionaria internacional de 1917-1923/6 vivirá su cumbre en 1920 y después vivirá una recaída. No pensaban la revolución como algo inminente, más bien su concepción hay que entenderla desde un punto de vista programático. Es decir el triunfo de la revolución comunista exige métodos de lucha que no son democrático-burgueses, de frente único, nacionalistas…

“¡Hermanos! ¡No disparar!”

El KAPD vivirá inmediata una crisis a través de tendencias anti-partido dirigidas por Otto Rühle que planteará la crítica a la concepción de Partido (véase su folleto La revolución no es asunto de partido), planteando además la unidad de la lucha económica y política a través de las AAUE (Unión General Obrera de Alemania, organización unitaria; 60.000 miembros en 1922), a través de organizaciones unitarias que unifican en sí mismas las luchas económicas y políticas, en contra de la diferenciación entre actividad político-partidaria y actividad sindical.

EL KAPD tras 1921 (la acción de marzo dentro de la revolución alemana encabezada por el KPD) sufrirá una fuerte represión y tras múltiples crisis internas sufrirá diferentes escisiones y quedará como una agrupación grupuscular.

Con el paso del tiempo otras personalidades se acercarán a sus posiciones, como en el caso de Karl Korsch. Procedente del USPD (Partido Socialdemócrata Independiente), entrará en el KPD unificado en 1920 y será ministro del gobierno de coalición (KPD y SPD) en Turingia como aplicación, en 1923, de las tácticas de la Internacional Comunista. Pero posteriormente se enfrentará a las posiciones de la dirección estaliniana de la KOMINTERN, publicando la revista Política Comunista, junto a miles de militantes del KPD expulsados igualmente con él (en esta época buscará además una unidad internacional con Bordiga, pero este en su correspondencia indicó que previamente era necesario acordar una convergencia programática, y está sólo podía ser el resultado de una discusión detenida). Acercándose de este modo a las posiciones de la izquierda comunista germano-holandesa. Importante será su relación con otro miembro de esta corriente en el exilio, como Paul Mattick, que vivirá tras su marcha de Alemania en Estados Unidos, editando diferentes revistas, como Living Marxism,

Esta corriente de izquierda dentro de la III Internacional tendrá un peso importante no sólo en Alemania y Holanda sino en otras organizaciones de la Europa Occidental a partir del Buró de Ámsterdam de la Internacional Comunista para Europa Occidental (por ejemplo el primer Lukacs, de Historia y conciencia de clase, se encuentra profundamente influenciado por estas posiciones izquierdistas y de reivindicación, por ejemplo, de Rosa Luxemburgo). Por ejemplo, la izquierda comunista británica cuya principal dirigente será la leader sufragista Sylvia Pankhusts dirigiendo el periódico Workers Dreadnought y contraponiéndose igualmente a la política parlamentaria, de frente único y del gobiernos obreros del III y IV Congreso de la Internacional Comunista.

Es importante distinguir la izquierda comunista germano-holandesa de lo que

Peródico del KAPD

Periódico del KAPD

posteriormente será el consejismo (véase en libro de Pannekoek durante la II Guerra Mundial, Los Consejos Obreros)que negará la función del partido. No era así en la época del KAPD. Al mismo tiempo en esta época fueron desarrollando la idea de que la revolución rusa tenía una doble naturaleza, proletaria pero también burguesa (en la fase posterior consejista se afirmará por el contrario el carácter burgués de la revolución rusa). La vida organizada de esta corriente en cualquier caso será breve, con una dificultad para mantenerse con el paso de los años. En Holanda se creará el CAPN próximo al KAPD, de ahí surgirá en Grupo Internacional Comunista (GIC) próximo a las ideas de Otto Rühle sobre la cuestión del partido y que desarrollarán las Tesis sobre la naturaleza burguesa del bolchevismo, el GIC encarna la transición desde el comunismo de izquierdas al comunismo de los consejos dentro de la tradición germano-holandesa.

En general la izquierda comunista germano-holandesa tendrá posiciones cada vez más claras en relación al carácter burgués, como aparatos del Estado democrático-burgués, de los sindicatos, sobre la crítica al parlamentarismo y la democracia además del carácter capitalista de Estado del régimen ruso dirigido por Stalin.

La izquierda comunista rusa

Nos referimos a las oposiciones que se dieron al ascenso del estalinismo antes, en concomitancia y posteriormente a la Oposición de Izquierdas. No tanto a las posiciones de la Oposición Obrera de Kollontai y Schliapikov que mantienen posiciones de defensa sindical frente a Lenin y Trotsky. Nos referimos más bien al Grupo Obrero de Miasnikov que se opondrá a la represión de Kronstadt, a la política del frente único y del gobierno obrero y a la política de la NEP de Lenin.

Al mismo tiempo es importante las posiciones del grupo Centralismo Democrático de Vladimir Smirnov y Sapronov que durante un tiempo compartieron unidad con la Oposición Unificada de Trotsky, Zinoviev y Kamenev. Los decistas (DC en inglés) serán mucho más determinados en al necesidad de romper con el PCUS como un partido burgués y se acercarán (si conocer directamente las fuentes) a posiciones similares a las de Rosa Luxemburgo en su crítica a la política bolchevique durante la revolución rusa.

Al respecto de las posiciones de la izquierda comunista rusa se puede consultar el libro de Espartaco Internacional La izquierda bolchevique y el poder obrero de Michel Olivier. Al mismo tiempo la CCI ha publicado en los números de su Revista Internacional el Manifiesto del Grupo Obrero de Miasnokov.

La izquierda comunista italiana

Se trata de una corriente desconocida por parte del resto de la izquierda radical a pesar (o precisamente por ello) de su enorme peculiaridad y profundidad programática y teórica. Su principal dirigente y personalidad fue Amadeo Bordiga, el verdadero artífice de la fundación del PCdI en 1921 en Livorno.

Periódico del la izquierda comunista italiana en la década de los 20´.

Periódico del la izquierda comunista italiana en la década de los 20´.

Pero era una corriente cuyo origen hay que remontarlo, por lo menos, a 1912 dentro del PSI. Como el ala más intransigente del socialismo italiano dentro del massimalismo socialista, dirigido por exponentes como Serrati o Lazzari (Mussolini hacía parte en ese momento de ese ala como director del órgano del partido en Milan, L´Avanti) y que se oponían al reformismo de Turati o Treves. Bordiga, desde Nápoles, encabezará este ala intransigente en el momento en que estalla la I Guerra Mundial. Frente a la deserción de Mussolini del PSI que tendrá una posición intervencionista a favor de la entrada de Italia en la guerra junto a la Triple Entente (Gramsci durante un momento tendrá también una posición equívoca como se puede leer leyendo su artículo Neutralidad activa y operante que evocaba en el título un importante artículo de Mussolini en L´Avanti. El mismo Togliatti se alistará voluntario en las tropas italianas) la mayoría del PSI tendrá un posicionamiento centrista: né aderire, né sabotare la guerra imperialista en curso. Bordiga irá reuniendo en torno a sí un ala intransigente contra la guerra, sobre todo a partir de su base en Nápoles y en las juventudes del PSI. Cuando la guerra finalice y con el estallido de la I Guerra Mundial el PSI dirigido por Serrati se afiliará a la III Internacional, sin embargo, se tratará de un PSI con un fuerte ala reformista en su seno, sobre todo en el grupo parlamentario, dirigido por los ya nombrados Turati y Treves. La negativa de los massimalistas de expulsar al ala de Turati del PSI llevó a un alianza de dos sectores del PSI, un ala en torno al periódico Il Soviet dirigido por Bordiga y el ala torineseen torno a L´Ordine Nuovo (gli ordinivisti): Gramsci, Togliatti, Tasca y Terracini. A ellos hay que sumar un ala milanés en torno a Fortichiari y Reposi. La hegemonía teórica y programática de esta unión (para utilizar un término querido a Antonio Gramsci) fue de Bordiga, el verdadero alma mater de la escisión de Livorno que dio nacimiento al primer PCdI, con un buró político de 5 miembros: Bordiga, Grieco, Terracini, Reposi y Fortichiari.

Fábrica ocupada durante el biennio rosso

Fábrica ocupada durante el biennio rosso

Además la fundación del PCdI había sido precedida por el bienio rosso italiano (1919-1920) con fuertes luchas de clase y ocupaciones de fábricas ante todo en el norte de Italia. Al respecto es muy importante leer el debate (publicado en castellano) entre Il Soviet e L´Ordine Nuovo. Gramsci en aquel entonces defendía una posición “consejista” en torno a los Consejos de fábrica y las ocupaciones de estas a manos de los obreros, Bordiga, desde Il Soviet, tenía una posición más política, ya que indicaba que si desde esos elementos de ocupación de fábricas el movimiento no daba un ataque al corazón del Estado el proceso tendería a refluir (tal y como ocurrió) y que para ello era esencial la ruptura programática y orgánica con el ala reformista del PSI y con el centrista de Serrati que se negaba a dicha ruptura.

El PCdI en su fundación contaba con alrededor de 80.000 militantes entre el partido y la juventud y estuvo dirigido por su ala izquierda con Bordiga como primus inter pares del Comité Ejecutivo desde 1921 hasta 1924 donde se cumple el proceso de bolchevización de la Internacional Comunista dirigida por Zinoviev, que hará de Gramsci el representante de dicha bolchevización (y eso a pesar del carácter minoritario de su ala de centro. Incluso en la Conferencia de Como, posterior a la bolchevización y ya con Gramsci como Secretario General del PCdI –nuevo cargo desconocido hasta entonces en la tradición socialista revolucionaria- la izquierda tiene mayoría absoluta frente a los 10 delegados de la derecha de Tasca y a los 8 de Gramsci y Togliatti). Bolchevización que se hará definitiva con el Congreso de Lión y el triunfo de las posiciones de Gramsci (hay que tener en cuenta que fue un Congreso realizado en la clandestinidad, poco después serán detenidos los principales dirigentes del PCdI, entre ellos Bordiga y Gramsci, y en donde todos los militantes que no pudieron votar fueron contados como votos de la mayoría gramsciana, de la dirección).

La dirección bordiguista se enfrentó a importantes discusiones en este período de tiempo. Por ejemplo en torno al ascenso del fascismo, sería una discusión muy importante, su orientación estratégica de negarse a realizar una política de frente único con el PSI (aunque si a aplicar una política de frente único a nivel sindical, que se concretaría en la Alleanza del lavoro a nivel de los sindicatos sobre todo ferroviarios en un primer momento) además de su visión teórica más general que marcaría el pensamiento posterior de la izquierda comunista más a nivel general (no sólo en Italia). Para el PCdI el ascenso del fascismo es el resultado de la derrota del bienio rosso, dicha derrota es el resultado de la capacidad que la burguesía democrática y de izquierdas italiana (los Giolitti, Nitti u Orlando) tuvieron de derrotar el ascenso de la oleada revolucionaria. El fascismo vive un proceso de ascenso de masas una vez que la revolución empieza a desfilar en retirada. Además para Bordiga (como argumento en sus discursos en el IV y V Congreso de la Internacional Comunista) no es la expresión del carácter agrario y rural del mezzogiorno italiano, no es una expresión atrasada y reaccionaria (como en parte sostenía Gramsci), es más bien un movimiento impulsado por el gran capital italiano a partir de una base social de tipo pequeño-burgués, un modo en el que la burguesía consigue centralizar y cohesionar el poder político para superar el caos y las fracturas políticas que disgregaban a las distintas fracciones burguesas.

Junto a este análisis del fascismo que por ende implicaba el rechazo a identificarse con

Amadeo Bordiga

Amadeo Bordiga

alianzas con sectores de la pequeña burguesía o de las clases medias para combatir el fascismo, es decir, con organizaciones políticas reformistas como el PSI o de partidos antifascistas de la burguesía (como los liberales o los populares de Don Sturzo –la futura democracia cristiana). Para Bordiga era esencial la independencia programática y orgánica de los comunistas, y en este sentido, combatirá en la Internacional Comunista las posiciones del III Y IV Congreso de la IC en Moscú en relación a las posiciones del frente único y del gobierno obrero, a partir de las experiencias de 1923 en la fase final de la revolución alemana, y los gobiernos entre el SPD y el KPD en Turingia y Sajonia. Al mismo tiempo es conocida su oposición a la democracia como método de lucha del proletariado. De hecho durante mucho tiempo su corriente será conocida como comunista abstencionista, por ejemplo, es útil consultar las Tesis de Roma del II Congreso del PCdI que escribirá y presentará junto a Terracini o el texto de esta misma época sobre el principio democrático.

Como podemos ver el rechazo del frente único, del gobierno obrero o de la intervención parlamentaria une a las diferentes corrientes de la izquierda comunista. Lo que las diferencia es ante todo la cuestión del partido, en este sentido, la diferencia de enfoque entre por ejemplo Otto Rühle y Amadeo Bordiga no puede ser más evidente. Pero incluso con la deriva posterior de la izquierda comunista germano-holandesa a partir del comunismo de los consejos. En cualquier caso veremos en los años 30´intentos fructíferos de síntesis entre estas dos corrientes, o intereses recíprocos (como demostró Korsch con Bordiga en 1926 para que dirigiese el napolitano las oposiciones en la IC). En cualquier caso en muchas de las discusiones de la IC de este período tomaron posiciones comunes en las batallas congresuales de la Internacional Comunista.

Tras el Congreso de Lyón, Bordiga se retirará de la dirección ejecutiva del PCdI así como el resto de la izquierda, aunque seguirá siendo parte del Comité Central (Zinoviev en un intento de integrarlo en el redil de la bolchevización le ofrecerá el puesto de Vicepresidente de la Internacional que el napolitano rechazará). En cualquier caso participará en la delegación italiana al VI Comité Ejecutivo Ampliado de la IC en Moscú en el año 1926. Se tratará del último momento en que en público alguien de la Internacional Comunista se atreviese a replicar al dictador georgiano. Para el primer encuentro (entre la delegación italiana donde estaba también presente Togliatti y Stalin) Bordiga estuvo toda la noche anterior preparando la reunión y sus puntos de vista con Trotsky. En dicho encuentro Bordiga rodeó a Stalin en los intentos del georgiano de criticar a Trotsky por su pasado no bolchevique (por ejemplo le preguntó acerca de sus posiciones a favor del gobierno provisional cuando dirigía POSDR-Bolchevique junto a Kamenev en Petrogrado, antes de la llegada de Lenin), se contrapuso con mucha fuerza a la idea staliniana (expresada por boca de Bujarin) del socialismo en un solo país. De hecho defendió, con un internacionalismo intransigente, que sobre la política del PCUS y el enfrentamiento entre las posiciones de Stalin-Bujarin y la Oposición Unificada de Kamenev., Trotsky y Zinoviev quien tenía que decidir era la Internacional Comunista y no el PCUS. La traductora al principio, pálida, no tradujo, cuando finalmente lo hizo a petición de Stalin, este acabo la discusión con vehemencia: “¡Qué Dios te perdone!”. Posteriormente, en la propia reunión, Bordiga continuó defendiendo sus posiciones ya argumentas previamente, además de hacer una profunda crítica al régimen burocrático de la misma Internacional: “Hay que modificar todo el sistema, de la cima al fondo” dirá polemizando con Bujarin. O en relación a su oposición a copiar mecánicamente la experiencia rusa:

La experiencia rusa es en general útil y no tenemos ni podemos olvidarla, pero no nos basta (…) en la experiencia del partido ruso no puede ser contenida la entera solución de los problemas de la táctica revolucionaria. ¿Cuál es el particular carácter de la estrategia revolucionaria en Occidente que yo habría olvidado? El compañero Bujarin dice que en mi exposición no se cita la presencia de grandes partidos y sindicatos socialdemócratas; pero es esa precisamente la diferencia sobre la que yo insisto. Para demostrar la diferencia entre las relaciones con el aparato estatal en la revolución rusa y en Occidente, he dicho que en los países occidentales existe desde hace mucho tiempo un aparato estatal burgués democrático muy estable que juega un rol que la historia del movimiento obrero ruso no conoce. Este rol puede conducir a la posibilidad de una movilización del proletariado por parte de la burguesía en un sentido oportunista, es decir mediante los sindicatos y los partidos socialdemócratas.1

Casi inmediatamente después de este discurso Bordiga será detenido, cerrándose una etapa, en la historia del PCdI (en adelante PCI) y de la izquierda comunista en general. Previamente se había formado por parte de la izquierda italiana un Comitato d´Intesa para continuar la lucha fraccional en el PCI y en la Internacional Comunista. Bordiga estará en contra de continuar dicha batalla de un modo orgánico, pero se impondrá la posición de aquellos que como Honorato Damen o Vercesi querrán dar dicha batalla. Como veremos sus nombres serán importantes en la continuación de esta historia, y sobre todo en la batalla internacional y en el exilio de la izquierda italiana fuera de la península transalpina.

Mientras tanto Bordiga y Gramsci son detenidos y trasladados a Ustica. Esta experiencia carcelaria común en la isla siciliana nos sirve para explicar la profunda amistad que unía a los dos revolucionarios del mezzogiorno italiano, más allá de las profundísimas diferencias programáticas que existían entre el concretismo inmediatista del sardo y el abstraccionismo intransigente del napolitano. Bordiga y Gramsci fueron grandes amigos (pasaron junto unas vacaciones en Nápoles tras el Congreso de Roma del PCdI y cuando Gramsci viajó a Nápoles para arrancar la dirección a Bordiga de la ciudad partanopea se alojó en su casa jugando con la niña de Amadeo, Alma). En la cárcel fascista de Ustica los dos discutían abiertamente de sus diferencias junto al resto de militantes comunistas en Ustica. Amadeo explicaba las posiciones de Antonio y Antonio las de Amadeo como demostración de la comprensión y honestidad común. Esto sirve para demostrar la profunda involución que supuso el estalinismo en las discusiones militantes entre compañeros, involución que se estaba produciendo ya (por ejemplo Gramsci escribirá una carta al PCUS donde si bien sostenía la posición de Stalin en la discusión rusa, se contraponía a los métodos de eliminación del debate por parte del georgiano. Togliatti censurará la carta del dirigente sardo). Al final de su estancia carcelaria Gramsci había roto ya sea política que personalmente con Togliatti-Ercole-Alfredo.

Bordiga saldrá de las cárceles fascistas en 1929. Desde entonces, y bajo arresto y vigilancia domiciliaria, se instalará en Nápoles. Su negativa a fugarse al exilio (el mismo Trotsky le ofreció una ayuda financiera para ello a través de su hijo Lev Sedov) hará que nuestra sintética historia se desplace a Francia y Bélgica.

Algunos textos relacionados con participación de Bordiga:

Amadeo Bordiga – Preparación revolucionaria o preparación electoral
Tesis de Roma
Tesis de Lyon

__________________

1 Traducido del libro Amadeo Bordiga politico de Corrado Basile y Alessandro Leni, págs 570 y 571. Es un libro útil por la amplia documentación que proporciona (más allá de las reflexiones de los autores que en muchas ocasiones no comparto) para conocer el pensamiento no sólo del dirigente napolitano sino del movimiento obrero italiano e internacional más en general.

Tags:

Leave a Comment

Your email address will not be published. Required fields are marked *